martes, 19 de marzo de 2013

Un estallido.

Ese efecto que detona mis frenéticos latidos, 
el hecho de verte; ese es el único motivo.

Rozar con la mía tu mano,
tacto que me desordena,
mirarte y admirar el hecho de estar expuesta a ti,
notar poco a poco tus pulsaciones, mi frenesí.


Nutrirnos a base de sonrisas, caricias,
'te quiero's  que desbordan 
y sentir cada minuto cómo lo nuestro fricciona,
haciendo así, que chispeen nuestros labios al chocar,
dejando la emoción al descubierto sin tenerlo que evitar.

Labios enredados bajo un mismo compás,
besos que saben a poco, depender del querer más.
Y evadirme junto a ti de los malos tragos,
candar lo amargo vivido y revivir lo necesario.

Negociar contigo cada noche,
apostando por lo nuestro sin pensar.
Versar sobre los besos que aún nos quedarán por dar,
imaginarte en un futuro idénticamente igual,
queriéndome, sin cuestionártelo, apostando una vez más.

Y es que yo noto esto tan real como etéreo,
me haces sentir por encima de cualquiera,
a escasos centímetros del cielo.
Que te quiero como nunca quise, sin querer, me sale solo.
Sin un mero fingir, sin mentir, sintiéndolo todo. 

 

 






 

domingo, 17 de marzo de 2013

Que aquí todos pecamos.

Intentando hacerme respetar, querer ser alguien más sin miedo ya a mirar atrás; a dejarlo todo y no volverlo a retomar.

Enmudecida, con tanto revoqueco por mi mente; 
mi voz, las vuestras y el constante eco latente. 
Frágil, callándolo todo y sin decir nunca de más
intentando no ir dejando mi autoestima por detrás.
La mirada oscura, como la visión del resto
sin ayuda de nadie ni de sus afectos gestos.
Me tatué con tinta amarga que querer no era poder,
era un repetido intento de probar y descender.

Bañándome cada noche en uno más de mis complejos, 
soñando con cambiar mi parecer y el de los vuestros.
Escondiéndome de toda pupila ajena,
procurando no ser una más contando penas.
Esquivando cada dardo que llevara a mi desvena
y clavándomelos yo, una y otra vez, fuera de escena. 
Atada a una vida que encadena,
saliendo bajo focos a duras penas.

A día de hoy no me convenzo de lo que no puedo ser,
me aseguro de ser yo por encima del ayer;
de las risas, las críticas y más tarde de los llantos,
de lo que pudo y no me terminó encantando.
Y aquí sigo, a contra viento,
tras escritos a fuego lento sobre lo que solo yo siento.  
Sin hacerme de más,
pero tampoco de menos;
sabiendo que puedo si espero y contengo mi miedo.
Queriendo al que me quiere y creciendo por dentro.
 

domingo, 3 de febrero de 2013

'Little Lion Man.'

En un suspiro se te van todas las fuerzas,  
tienes ganas de obtener a tus preguntas las respuestas.
De ver tantas caras conocidas terminas por desistir,
todos tan simples, sencillos y yo con mi continuo sin vivir;
que parece no querer separarse de mí ni por un solo instante.

¿Es tan difícil entender que necesito estar sola por un tiempo?
Aprender a vivir mi vida, pensar en mí, quererme y más tarde prender recuerdos. 
Que ardan una vez más, que con suerte no revivan y las cenizas se las lleve el viento.

 
  

   

martes, 29 de enero de 2013

The crown of a clown.

Querer lo que no se es, aparentar ante la gente lo que les gustaría ver, a veces incluso al contrario; pretender parecer ese dolor del premolar infectado por una caries, un pellizco inesperado o incluso unas palabras de esas hirientes que dices cuando estás enfadado y no te paras a pensar lo siguiente que va a salir por tu boca.

Supongo que el razonamiento no irá más allá de sentirse bien con uno mismo creyendo destacar, sin darle importancia a si es para bien o no lo es. Como quien dice.

No soy quien para juzgar, pero hay veces en las que realmente se me pasa por la cabeza la simple pregunta de cómo debe de ser la vida de esa persona; y digo pregunta porque no alcanzo a imaginarlo, aunque no sea lo natural. Porque todos hemos querido llamar la atención alguna vez, ¿no? Ya sabes, ese chico o esa chica, esa persona que no sabe que existes está ahí delante y por más que pases mil y una veces por delante va a ser como si no hubieras pasado ninguna. O esa palmadita en la espalda que necesitas a veces por haber destacado en algo. Ese tipo de situaciones en las que todos nos hemos visto envueltos alguna vez, ese tipo de situaciones a las que alcanza mi raciocinio a entender por qué se hacen y con qué fin se hacen. Pero, ¿actuar así continuamente? Y con ese actuar quiero referirme a interpretar a alguien que no seas tú, a fingir ser alguien que no eres, a sentir la necesidad de sentirte bien contigo mismo aunque otros se vean perjudicados, a acabar creando una imagen egoísta, ególatra e insensible de ti mismo; ¿por qué recubrir tus inseguridades con cualidades que no son las tuyas? Autoengañarte.

Al fin y al cabo es una queja más, de estas que me da por escribir de tanto en tanto, cuando verdaderamente necesito desahogarme. 
Y con todo este discurso a lo que necesitaba llegar era a que nadie está por encima de nadie, aunque haya gente que intente hacer creer que sí.

Nos creímos Reyes sin saber siquiera lo que pesaba la corona. 

viernes, 21 de diciembre de 2012

'Con la cabeza bien alta y el mundo bajo mis pies.'

Realmente no sé para qué voy a soltar todo ésto por aquí, porque al fin y al cabo luego pensaré de forma distinto al releerlo por la mañana y lo más probable es que lo borre, pero bah, supongo que me hace falta descargar.

Llevo alrededor de diez minutos dándole vueltas a lo mismo, a cómo explicar y qué palabras utilizar sin que parezca que echo balones fuera. Esto de escribir es tan hetereo y abstracto que acabas divagando sin darte cuenta. Aun siendo así, creo que la mejor manera de comenzar esto es soltándolo todo y no rectificar lo que se escriba. Allá va.

Una sensación de pesadez en el cuerpo nada más levantar, como si el aire presionara mi cuerpo haciéndome saber ya, desde por la mañana, lo fatigoso que iba a ser ese día. Igual de cargante que todos los demás. A regañadientes, e intentando mantener una sonrisa hacia todo aquel que me mirase, conseguía pasar los días. Uno y otro, y otro más. Las ganas de vivir la adolescencia se iban consumiendo, como la paciencia; esa tan inmensa paciencia que desconocía tener. Pero con el tiempo ésta acaba quedándose pequeña para tanto problema y tanta solución que se me exigía. Acabé por no tener ganas de opinar, de debatir, de luchar un día más. Me dije a mí misma 'Esto se acaba aquí'. Y exacto, más tarde o más temprano dejé de estar así. Bien fuera porque el motivo de ese mal estar ya no estaba en mí o porque supe en qué momento arriesgar lo que tenía para pasar a vivir. A vivirlo todo otra vez.

Pasaron los meses y aprendí a defenderme ante todo lo nuevo, que ni siquiera para mí era nuevo, simplemente era olvidado. Y cuando ya estaba más o menos equilibrada, (a excepción de mi autoestima, que ella misma procuraba estar sosteniéndose en un hilo y meciéndose de allá para acá ) las cosas empezaron a tornarse otra vez a negro.
Sin quererlo, o queriéndolo, yo ya no sé, me volví a envolver en una enredadera referida a ésto que muchos llamáis amor.
Resalto ésto último de 'referida a ésto que muchos llamáis amor' porque el significado del amor es relativo para cada cual,  pero particularmente yo tengo una concepción de ello bastante peculiar.
Pero ese último bache, no tan eterno como el anterior, fue algo más llevadero. Supongo que porque de tanto chocarte con la misma piedra, o en este caso piedras que guardan similitud, acabas aprendiendo cómo esquivarlas. Forgé de nuevo mi estado anímico con la única diferencia de que esta vez mi autoestima también fue en ascenso.

Y no sé si será o no así, pero así quiero interpretarlo yo. Prefiero pensar que cada experiencia de este año y cada solucn que he impuesto a los problemas que se me plantearon, me han servido para mantenerme tal y como estoy ahora; avanzando.