martes, 19 de marzo de 2013

Un estallido.

Ese efecto que detona mis frenéticos latidos, 
el hecho de verte; ese es el único motivo.

Rozar con la mía tu mano,
tacto que me desordena,
mirarte y admirar el hecho de estar expuesta a ti,
notar poco a poco tus pulsaciones, mi frenesí.


Nutrirnos a base de sonrisas, caricias,
'te quiero's  que desbordan 
y sentir cada minuto cómo lo nuestro fricciona,
haciendo así, que chispeen nuestros labios al chocar,
dejando la emoción al descubierto sin tenerlo que evitar.

Labios enredados bajo un mismo compás,
besos que saben a poco, depender del querer más.
Y evadirme junto a ti de los malos tragos,
candar lo amargo vivido y revivir lo necesario.

Negociar contigo cada noche,
apostando por lo nuestro sin pensar.
Versar sobre los besos que aún nos quedarán por dar,
imaginarte en un futuro idénticamente igual,
queriéndome, sin cuestionártelo, apostando una vez más.

Y es que yo noto esto tan real como etéreo,
me haces sentir por encima de cualquiera,
a escasos centímetros del cielo.
Que te quiero como nunca quise, sin querer, me sale solo.
Sin un mero fingir, sin mentir, sintiéndolo todo. 

 

 






 

No hay comentarios:

Publicar un comentario